El grupo que dirigen Maduro y su esposa, Cilia Flores, ha hecho las paces con Diosdado Cabello, al menos por ahora. Juntos tienen la decisión de no aceptar ninguna de las condiciones opositoras sino ganar tiempo para cansar a la oposición, desprestigiarla ante sus bases y esperar una cierta recuperación económica que en términos geográficos beneficiaría sobre todo a Caracas y las ciudades más conflictivas, y en términos sociales conllevaría beneficios a la base tradicional del chavismo urbano.
Para el gobierno el diálogo no conduce al revocatorio sino a ganar tiempo; para la oposición sin revocatorio no hay diálogo porque no se puede perder el tiempo. El gobierno confía en el cansancio. La oposición en el apoyo de la mayoría ciudadana.
Con información de La Patilla.
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