Sin inseguridad y pura felicidad: El rincón de Venezuela donde reina la paz
Es un destino de ensueño, un pequeño pueblo arraigado a sus tradiciones; no tienen más de lo que necesitan. Sus habitantes tienen un sentido de pertenencia que los hace únicos, son amables, solidarios y pueden sentarse horas a conversar con cualquiera sin temor ninguno.
José Manuel Mendoza/Venezuela Al Día
El aroma a cacao en sus angostas calles, sus bellas playas y la sonrisa de su gente son elementos que identifican a los que residen en el “pequeño paraíso”, como ellos mismos lo llaman. Es un lugar donde nadie jamás ha sido extorsionado, robado o ha sido testigo de un homicidio, parece ser imposible en un país, donde las principales ciudades son conocidas por el número de asesinatos que a diario enlutan los hogares venezolanos.
Algo curioso es que la política no es tema que los preocupe. A diferencia del resto del país, en la fachada de las casas, negocios y establecimientos no hay propaganda ni del oficialismo, ni de la oposición. En sus conversaciones se encuentra ausente el fanatismo político que tanto daño ha hecho a la sociedad, seguramente tendrán posición política, pero no parece ser un asunto que los abrume.
La parroquia cuenta con lo necesario, una escuela, ambulatorio, iglesia, estación policial, licorería y la plaza que es el sitio de encuentro de grandes y chicos. Allí la diversión es hasta altas horas de la noche, los padres dejan a sus hijos jugar libremente, no hay preocupación, de hecho en algunas ocasiones se divierten hasta la media noche solo con una pelota.
Los turistas que visitan la “meca del cacao” ven con asombro la algarabía de los niños que suelen divertirse a toda hora, incluso en las noches. “Simplemente son libres, como debería ser toda Venezuela”, contó un mochilero que visita frecuentemente el lugar.
Es Chuao, el pequeño pueblo de tambor, cacao y pescadores, ubicado en las faldas de la cordillera de la costa norte, en el municipio Santiago Mariño del estado Aragua. Uno de los primeros pueblos fundados en Venezuela a mediados del siglo XVI y conocido por sus 400 años de sembradíos de cacao criollo, donde se produce la semilla de cacao de más alta calidad del mundo y el único en el país con respaldo de certificado de denominación de origen (Mantiene la calidad lo más alta posible y conservan también ciertos usos tradicionales).
“Nunca he visto un asesinato”
Douglas Vivas nació y vive en Chuao desde hace 39 años. Contó que nunca ha habido un homicidio en el pueblo, ni ningún otro delito: “Yo nací aquí y a veces los turistas que vienen por primera vez no creen eso, pero es cierto, jamás han matado a nadie, aquí la gente se muere de vieja”.
Aseguró que tampoco hay robos, pues en las oportunidades que algún amigo de lo ajeno ha querido hacer de las suyas, la misma gente del pueblo lo saca en lancha y les prohíben de nuevo el ingreso. “Alguna vez tuvimos quejas de las pérdidas de algunas pertenencias de unos visitantes y nosotros mismos no encargamos de averiguar y resulta que eran otros turistas los que cometieron el delito”.
Detalló que cuidan a los turistas “como si se tratara de sus hijos”, pues gracias a ellos muchos lugareños han levantado sus posadas, restaurantes, licorerías, chocolaterías y otros negocios de Chuao: “Si no lo hacemos pasará como Choroní, que ya nadie quiere ir por lo inseguro”, recalcó.
Los policías “piden cambio para Chuao”
Es la 1:00 de la madrugada y uno de los policías, sentado al frente de la estación policial se entretiene con su teléfono celular. En Chuao hasta los policías son amables; este funcionario incluso se identificó, ya que tenía una franela que no pertenecía a su uniforme.
La comandancia queda justo al lado de la plaza, en el pueblo, lugar donde se celebraba la octavita de carnaval hasta el otro día.
Así se desarrolló la conversación:
Periodista VAD: Buenas noches, sabe si los camiones que van a la playa trabajan a esta hora.
Policía: Buenas noches, sí claro, en la esquina hay un camión pero tiene que esperar que se llene.
VAD: Entiendo; mire yo soy periodista y voy a hacer un trabajo sobre el pueblo… estoy asombrado con la tranquilidad, incluso las casas permanecen abiertas hasta altas horas de la noche.
Policía: (Risas) sí, esto es otra cosa, aquí no hay delincuencia; una que otra pelea de borrachos, pero de resto todo muy tranquilo.
VAD: ¿O sea que los funcionarios están de lujo?
Policía: Tampoco así, nosotros patrullamos a cada rato, vamos de la playa al pueblo una y otra vez. Todos nos conocen, nosotros somos de aquí.
VAD: ¿Cuántos funcionarios trabajan acá?
Policía: Por los momentos somos cuatro y nos rotamos los turnos.
VAD: ¿Todos son de la isla?
Policía: Tres de nosotros nacimos aquí y el otro es de Choroní.
VAD: ¿Qué es lo más loco que ha sucedido en este pueblo?
Policía: Ya te lo dije, peleas de borrachos. Acá la gente es demasiado unida. Cuando alguno pasa por una situación difícil hacen bingos y verbenas para echarle una mano.
VAD: ¿Desde que trabaja aquí nunca ha tenido que accionar su arma?
Policía: (Risas) Nunca… no ha sido necesario esto es otra vaina chamo. Todo el mundo (policías) pide cambio para acá.
VAD: ¿No se aburre?
Policía: Estamos frente a la plaza y casi todas las noches lo vecinos hacen algo. Uno se va a sentar en la plaza y el otro se queda aquí. Ya estamos acostumbrados. Como nací aquí, los muchachos se acercan a conversar siempre.
Más de Chuao
Para llegar a Chuao se debe viajar por peñero en cualquiera de las costas con acceso a carreteras como Ocumare, Choroní, y Cata. El traslado dura aproximadamente 20 minutos y se podrá disfrutar de un recorrido entre olas, sol y las indiscutibles tonalidades del azul que en algunas ocasiones se funde con el cielo aragüeño. La llegada es en el único puerto del pueblo. La otra ruta la constituye el camino Chuao-Turmero que atraviesa la selva nublada del Parque nacional Henri Pittier y que solo los arriesgados se atreven a aventurarse.
Cerca de 3.000 habitantes viven en Chuao, el último censo de 2.011 registró a 2.331 personas, de las cuales 99,5% son de nativas de la zona. Sus fuentes de empleo son la pesca, el cacao, la artesanía y el turismo.
La pequeña iglesia de la Inmaculada Concepción, fue construida en 1772 en sustitución de una antigua capilla. Fue declarada Monumento Nacional según Gaceta Oficial No 26.320 en 1960.
La única escuela de la zona, Unidad Educativa Estadal José Casonava Godoy ha sido durante años el lugar de enseñanzas de los más pequeños.
El ambulatorio de Chuao funciona las 24 horas. Tiene sala de parto, nebulización y todo lo necesario para estabilizar a un paciente hasta tanto sea trasladado hasta el hospital más cercano Choroní.
Este domingo 14 de febrero el pueblo cumplió 448 años de fundado y lo celebraron por todo lo alto. Comparsas, bailes y misas recordaron la fecha en la cual se levantó la tierra del “mejor cacao del mundo”, lo que alguna vez fue el “oro marrón” de Venezuela.
Los más pequeños se disfrazaron en las fiestas carnestolendas / Foto @Eyla2008
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